Pasó por toda la provincia la 10ª edición de Semana TIC y la Expotrónica, que marcó una idea fuerte: innovar no es cambiar servidores, modernizar el software o sumarse a la transformación digital. Se trata de un cambio cultural que incluya lo tecnológico y la sustentabilidad, que ya está modificando a las organizaciones del mundo.
La nueva tendencia es entender la innovación como una cultura que incluye la sustentabilidad, tanto en lo social como en lo ambiental.
El problema es que muchas empresas argentinas, sometidas a los problemas económicos y políticos locales, se alejaron de estas nuevas exigencias de los mercados del mundo.
El evento, que se desarrolló del lunes al viernes pasado en toda la provincia, fue organizado por la Cámara de Industrias Informáticas, Electrónica y Componentes del Centro de la Argentina (Ciiecca) y el Córdoba Technology Cluster (CTC) junto con el Gobierno de la Provincia y el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y los clusters tecnológicos de Río Cuarto, de Villa María y de San Francisco.
En este marco, la innovación fue el tema que recorrió los stands expositivos e interactivos de más de 90 empresas e instituciones; los más de 50 workshops y talleres, las 30 conferencias educativas y las rondas de negocios.
“Muchas veces se confunde innovación con tecnología, y no es lo mismo. Se puede innovar en cualquier proceso productivo o administrativo. Hoy muchas empresas sólo están adquiriendo tecnología, por ejemplo para automatizar procesos, pero falta dar el salto extra de innovar en procesos, de entrar a la cultura de la innovación”, aseguró Ricardo Ruival, presidente de la Ciiecca.
Para el directivo, en la actualidad la economía está transitando “un momento clave” porque las empresas empezaron a tomar conciencia de la importancia de innovar, pero muchas se quedan en el cambio del CRM (el software que administra su relación con los clientes) o la incorporación de un robot.
Al respecto, Marcelo Bechara, presidente de Evoltis y uno de los oradores de la Semana TIC, advirtió que el gran desafío de la innovación es que sea sostenible. Incorporar un equipo o un software es apenas un episodio, algo efímero.
“La cultura de la innovación tiene que ver con poner a las personas en el centro, activar el talento de la gente; que los empleados pasen a ser colaboradores y después a coelaboradores. Innovar es cómo, con recursos y procesos, vinculados con los valores y las conductas, se puede generar un clima positivo que impacte en los resultados”, explica el empresario.
Evoltis trabajó en el desarrollo de un enfoque metodológico que mide la cultura de la innovación. La Ciiecca y el CTC sellaron un convenio con la empresa para aplicar esto a toda la industria tecnológica de la provincia, con la idea de dar un panorama del grado innovador que tienen en Córdoba la electrónica, la informática y la industria del software, como también comparar con los índices de otros lugares del mundo, incluso por rubros y subrubros.
El ecosistema tecnológico de Córdoba reúne a más de 500 empresas y cerca de 20 mil empleos con sueldos de más de 50 por ciento por encima del promedio provincial, de los cuales unos 16.300 pertenecen a la industria del software y el resto, a la electrónica y a proveedores, incluidos micropymes y emprendedores, que aportan desde prototipos hasta impresiones 3D y matricería.
SER SUSTENTABLES
Por su parte, Pablo Gigy, presidente del CTC, entidad que reúne a la industria cordobesa del software, advirtió que la transformación digital es el desarrollo tecnológico que más está traccionando en la demanda, pero eso no es todo.
“En la sustentabilidad hay un foco muy importante, que quizá no está en la agenda de la mayoría de las empresas argentinas. La industria tecnológica tiene mucho por aportar”, agregó.
Actualmente, tecnologías como blockchain, que aportan la tockenización (convertir en virtuales activos físicos) y trazabilidad de los productos; y la inteligencia artificial, que está eficientizando los procesos, están aportando soluciones que agregan sustentabilidad a los negocios y ayudan a distintos sectores de la economía a transformar su propuesta en función de la agenda medioambiental.
De hecho, el Córdoba Technology Cluster presentó su programa Córdoba Tech Mapping, el primer “mapeo” de qué está haciendo la industria TIC cordobesa en materia de desarrollo sustentable.
El trabajo realizado por Sofía Goldstein, coordinadora de proyectos del CTC, partió de un autodiagnóstico que les permitió a las empresas analizar las prácticas laborales, el core business y su trabajo con los consumidores y cómo avanzan en los cuatro de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que se aplican a la industria tecnológica: el cuatro (educación inclusiva), el ocho (crecimiento inclusivo y sostenible), el nueve (infraestructuras resilientes) y el 10 (reducir las desigualdades).
El primer mapeo destaca la labor de las empresas Capazeta, por su blockchain para cadenas de suministro agropecuarias; Bitlogic, por su turnero digital; Consuman, por su software de gestión de activos; NeuralActions, una empresa que trabaja en tecnologías para personas con alzhéimer por su banco de recuerdos; Ayi Group, por Interconomy, su billetera digital; Ilight, el sistema de alumbrado público inteligente de Adaptio; Maecenic, la plataforma de economía colaborativa de Vaster, y 100PRE Listo, una solución de Bitsion, que permite gestionar tareas en forma online, entre otras iniciativas.
Estas experiencias apuntan a que la innovación tecnológica puede aportar soluciones que hacen falta para la sustentabilidad, como generar impactos ambientales y sociales positivos.
NUEVA TENDENCIA: CARBONO NEGATIVO
Iván Buffone, socio director de Business & Sustentability, consultora en temas de medioambiente, aseguró, en el marco de la Semana TIC, que “la tecnología es un medio para lograr un mejor impacto social y ambiental”. Allí resaltó que la nueva tendencia liderada por Microsoft (también se sumaron Ikea, Walmart y Steelcase) es la “carbononegatividad”: “Cualquier actividad emite carbono. La vanguardia en sustentabilidad es capturar más carbono de lo que se genera. Ya no basta con la neutralidad, porque no alcanza con la emisión cero; Microsoft busca llegar a la carbononegatividad en 2030, para lo cual creó centros de investigación y desarrollo en nuevas tecnologías que absorben carbono”.
LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO TAMBIÉN PUEDE SUMAR
Hay un sector que, sin ninguna política particular, crece en forma vegetativa a un ritmo del 10 por ciento anual y que, con medidas puntuales, puede acelerar su ritmo y aportar más innovación a la actividad en Córdoba: la economía del conocimiento.
Se trata de un sector que conjuga actividades como software, industria 4.0 (inteligencia artificial y robótica), biotecnología, nanotecnología, centros de exportación de servicios profesionales, ingeniería, industria audiovisual, tecnología satelital y nuclear y actividades de investigación y desarrollo.
Según el Gobierno provincial, ya reúnen en Córdoba a más de 2.700 empresas y generan más de 50 mil puestos de trabajo.
Sólo manteniendo la actual tendencia, y teniendo en cuenta las dificultades que va encontrar en su camino para conseguir talentos, en 2030 la economía del conocimiento va a totalizar 85 mil puestos de trabajo en la provincia. Con políticas de incentivo y de capacitación, esa cifra sería mayor aún.
“En una mirada de corto plazo, se están realizando acciones para generar recursos junior, como el Programa de Inclusión Laboral (PIL), que ya impactó en 250 empresas, y el impulso de proyectos formativos cortos, como cursos y diplomaturas, para despertar vocaciones. La idea es trabajar con las universidades en programas de formación permanente, con un horizonte a más largo plazo, para hacer que esas personas que entran al sector se conviertan en recursos senior”, explica Pablo De Chiara, ministro de Ciencia y Tecnología de la Provincia.
Esta cartera organizó, en el marco de la Semana TIC, el Primer Foro Regional de Economía del Conocimiento, marco en el cual se definieron tres ejes de trabajo en los que, en el futuro próximo, comenzarán a trabajar sectores privado y público: el desarrollo del talento, la internacionalización de las empresas y la generación de proyectos asociativos interregionales.
INSUMO INTANGIBLE
De Chiara, funcionario que viene de la industria tecnológica, asegura que la economía del conocimiento es una fuente de innovación para la actividad local.
“Agregar conocimiento a los productos y servicios es lo que hace que la producción sume un valor intangible, algo adicional que los modifica y los cambia. Mejorar un proceso de producción también es una innovación”, agrega.
El problema es que los problemas económicos y políticos de la Argentina han quitado a la innovación de la agenda de las empresas locales.
“La coyuntura atenta contra estos temas, distrae y saca de foco a las empresas. Es lógico. Cuando se está en problemas para sobrevivir, priman los mecanismos para no morir, no se piensa en la innovación. Y las empresas están más preparadas para la eficiencia que para la innovación. La cuestión es que aquellas que no innoven van a desaparecer. Por eso, para que una compañía tenga cultura de la innovación, hace falta que el número esté enfocado en innovar”, destaca el ministro.
Por ejemplo, Iván Buffone, socio director de Business & Sustentability, previno que hay grandes compañías como Toyota que eligen a sus proveedores en países como Argentina en función de parámetros de sustentabilidad y de impacto positivo en el ambiente y en lo social.
Es por los compromisos que tiene su hadquartere en Japón con su gobierno, sus inversores y las entidades medioambientales niponas.